domingo, 11 de diciembre de 2011

Capítulo 8: Una visita inesperada por mi parte.

A la mañana siguiente todos estábamos super contentos ya que era 25 de diciembre, es decir, Navidad. Todos aprovecharon para ir a ver a su familia, todos menos yo. Andrew me ofreció  a ir con el a su casa, pero no quería molestar así que rechacé la propuesta. Eran ya casi las 12 y nadie había vuelto todavía, encendí la tele pero no había nada que me interesara, en la radio tampoco... Así que subí a mi habitación, me vestí, cogí las llaves y salí. Me dirigí a la parada de autobús, pero allí encontré un papel en el que ponía que hoy no habría autobuses, así que llamé a un taxi. Tardó unos 10 minutos, al subir le di la direccion a la que quería ir. Tardamos unos 20 minutos en llegar.
*Ding-gong* Toqué al tiembre*
-Mayordomo- Muy buenas, ¿que quier...  Señorita Megan, ¿que hace aquí? Pensaba que no volvería a verla.
-Yo- Hola Freddy, solo vengo de paso, quería coger unas cosas. Yo también te he echado de menos.
-Mayordomo- Claro pasa, total esta es tu casa.
-Yo- Esta ya no es mi casa, yo ya tengo una nueva familia.
-Mayordomo- ¿Quieres que avise a tus padres?
-Yo- No hace falta, solo vengo a por algo de ropa.
-Señor- ¡Megan! ¿Qué haces aquí?

                                                                          ~Continuará…~

Capítulo 7: Una nueva familia.

-Yo- Claro, pasar chicos –dije mientras me apartaba unas lágrimas que me caían.

-Carla- Megan, no llores anda. Sabes que nosotras vamos a estar ayudándote.

-Andrew- ¿Quieres algo de beber o cualquier cosa?

-Yo- No gracias, enserio. Ya estoy mejor. ¿Qué os parece si bajamos a ver una película?

-Danielle- Vale, ¿qué vemos?

-Carla- Yo quiero ver Amanecer.

-Max- Carla tú siempre viendo la Saga Crepúsculo, estás viciada jaja.

-Andrew- Anda déjala que sueñe con Taylor Lautner, jaja.

-Carla- Callaros, ¿Megan tu qué dices?

-Yo- Que yo también quiero ver Amanecer, jaja.

-Todos- Jajaja.

Bajamos al salón, cogimos refrescos, hicimos palomitas y vimos la película.  Max y Gonzalo se estaban riendo todo el rato de la cara que Carla ponía viendo la película, y no paraban de hacerle burla, pero Carla no se inmutaba, no se apartaba la vista de la televisión. Desde aquel momento supe, que aquel era mi lugar y aquella mi familia, porque siempre que necesitara algo ellos estarían ahí para ayudarme, y era el mejor regalo que podía pedir para Navidad, una familia como ellos.

                                                                      ~Continuará…~

Capítulo 6: Centro comercial.

-Max- Si os parece bien, vamos primero a comprar el árbol de navidad y después a por los adornos, ¿vale?

-Carla- Danielle y yo vamos a comprar las luces, si queréis adelantaros vosotros.

-Andrew- Vale, en media hora aquí.

-Señor-  Megan, ¿qué haces aquí con estos chicos?

-Yo- Otra vez usted, por favor déjeme en paz.

-Señor- Megan, ya sé que no quieres saber nada de nosotros, pero por favor, ven a cenar en Nochebuena, osea mañana. Por favor.

-Yo- Ya nada volverá a ser igual que antes. Andrew no te lo he dicho, pero esta noche he empezado a recordar lo que pasó y no quiero volver a ver a verles nunca más, los años que he vivido con ellos he estado sola, siendo infeliz, pero ahora por fin soy algo feliz, ¿podemos irnos de aquí?

-Andrew- Si, va ha ser mejor que nos vayamos yendo.

-Señor- Pero Megan…

Después de aquella conversación con mi padre no estaba de humor, pero tampoco quería molestar a lo demás con mis problemas, pero al parecer ellos se dieron cuenta de que no me encontraba muy bien, así que terminaron pronto de comprar y volvimos a casa, para que descansara un poco. Al llegar al chalet, entre corriendo, subí las escaleras y me encerré en mi habitación.

*Toc-toc* Tocaban a la puerta de mi habitación, serían los chicos para ver que me pasaba.

-Gonzalo- ¿Se puede?

                                                                      ~Continuará…~

sábado, 10 de diciembre de 2011

Capítulo 5: Empezar desde cero.

-Andrew- ¿Te encuentras bien? Te veo un poco pálida.

-Yo- ¿Eh? Sí, estoy bien. Lo que pasa es que no tengo a donde ir, ni tampoco dinero para ir a un hotel

-Andrew- Por eso no te preocupes, puedes vivir conmigo y unos amigos, tenemos un chalet a las afueras de la ciudad, no muy lejos de donde te encontré.

-Yo- ¿Enserio? Muchas gracias, pero no quiero ser una molestia.

-Andrew- Tranquila ya he avisado a los chicos, y están de acuerdo.

Montamos en un todoterreno BMW blanco que había aparcado a unas calles del hospital. Cuando llegamos al polígono industrial empecé a recordar algo de lo que paso la noche anterior. Recuerdo que corría sin parar, sin ninguna dirección a la que ir, solo corría, ¿por qué? Por una discusión que había tenido aquella noche, lo que no recordaba era con quien ni porque, supongo que sería con mis padres, pero no les recordaba. Llegamos a un chalet que destacaba entre los que le rodeaban, este era diferente, era peculiar. Al entrar, Andrew me presentó a sus amigos;  Max y Gonzalo, eran simpáticos y divertidos, allí también vivían Danielle y Carla, unas chicas muy dulces y amables.  Después me enseñaron la habitación donde iba a dormir, ¿hasta cuándo? Pues eso no lo sabía. Esa noche me fui a dormir pronto, ese día estaba muy cansada.  Al la mañana siguiente, fui la primera en levantarme, al rato se levantaron los demás, desayunamos y fuimos al centro comercial a comprar adornos de navidad para decorar el chalet, tenía algo que contrales a los demás pero no encontraba el momento adecuado.

                                                                                                      ~Continuará…~

sábado, 26 de noviembre de 2011

Capítulo 4: Quiero empezar desde cero, pero ¿cómo?

-Doctor- ¿Qué ocurre?

-Señor- Mi hija no me reconoce.

-Doctor- Seguramente sufra amnesia temporal, es normal después del golpe que se dio al desmayarse. Intenten hacer cosas que realizan cada día para que Megan vuelva a recordar pronto. Lo mejor es que le demos ya el alta.

-Yo- Yo no les conozco de nada, no me pienso ir con unos extraños.

-Doctor- Aunque tú no recuerdes a tus padres, debes ir con ellos para volver a seguir con tu vida, igual que antes.

-Yo- ¿Y si yo antes no quería seguir con mi vida? ¿Quería empezar de nuevo?

-Doctor- En ese caso, tú podrías empezar una nueva vida, desde cero.

-Yo- Así lo haré. ¿Entonces cuando me dan el alta?

-Señor- Megan, soy tu padres debes venir conmigo.

-Yo- Usted solo es un extraño para mí.

-Señor- Eso mismo dijiste antes de salir corriendo anoche.

-Yo- Doctor, ¿le puede decir a este señor que por favor salga de la habitación?

-Doctor- Ya la ha oído, va ha ser mejor que salga.

-Andrew- Será mejor que yo también me vaya…

-Yo- No por favor, quédate. Necesito hablar con alguien y que alguien me haga compañía. Y no recuerdo a nadie que me pueda ayudar.

-Andrew- Está bien, me quedaré a hacerte compañía.

Andrew estuvo toda la tarde haciéndome compañía no se separo de mi ni una sola vez,. Lo conocía poco, pero tenía el presentimiento de que en él podía confiar, y así me lo demostró. Por la tarde me dieron el alta, pero tenía un problema, no sabía a dónde ir y no tenía dinero.

 

                                                                  ~Continuará…~

Capítulo 3: ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién es usted?

A la mañana siguiente me desperté en un hospital y vi como un médico me estaba abriendo los ojos con sus manos y poniéndome una linterna en mis ojos para ver cómo iba de reflejos.
-Yo- ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién es usted?
-Doctor- Hola Megan, soy el doctor Cleiven. Estás en un hospital, anoche te pegaron una paliza y en uno de los golpes recibiste una puñalada. Un chico que pasaba por allí te encontró tirada en el suelo desangrándote y llamó a una ambulancia. Está todavía aquí, esperando en la sala de espera.
-Yo- ¿Qué chico? ¡Quiero volver a mi casa!
-Doctor- Tranquila tus padres están a punto de llegar, ahora será mejor que descanses.
-Yo- Doctor me gustaría conocer al chico que llamo a la ambulancia, ¿le puede decir que pase?
-Doctor- Vale, pero tan solo podría estar unos minutos, ¿de acuerdo?
-Yo- Está bien.
El doctor Cleiven y la enfermera salieron de la habitación, supongo que irían a avisar a aquel chico, no tardaron mucho, unos tres o cuatro minutos.
-Andrew- Hola, soy el chico que te encontró tirada en el suelo, me llamo Harry. ¿Cómo te encuentras?
-Yo- Hola, yo me llamo Megan. Bueno, con dolor, lo normal después de que me pegue una puñalada, ¿no? Gracias.
-Andrew- Veo que a pesar del dolor mantienes el sentido del humor, eso me gusta.
-Yo- Es lo único que me queda después de anoche. *Suena el teléfono de Harry* ¿No lo vas a coger?
-Andrew- No, luego le llamaré –me sonrió mientras colgaba.
Estuvimos un rato grande hablando, esos tres o cuatro minutos que el doctor Cleiven dijo, se convirtieron en media hora, hasta que un señor entró en la habitación bruscamente, interrumpiendo nuestra conversación.
-Señor- Hija, he venido lo más pronto que he podido, ¿Qué te ha pasado? ¿Y quién es este?
-Yo- Eso debería preguntar yo, ¿quién es usted?
-Señor- ¿Cómo que quién soy yo? Soy tu padre.
-Yo- ¿Mi padre? Yo a usted no lo conozco…
-Señor- Doctor Cleiven…
                                                          ~Continuará…~

Capítulo 2: ¿Qué? ¿Por qué me hacéis esto?

-Carolina (mamá)- Oh, estás aquí.
-Yo- Mmmm, me habéis llamado ¿no? Es normal que este aquí-dije con desprecio.
-Papá- Si tienes razón, bueno no voy a ir con rodeos, ya sabes que un Dublín tengo un amigos que dirige uno de los internados más prestigiosos de la ciudad, y te ha conseguido una plaza a mitad de curso. Osea, que dentro de cuatro días como mucho viajas con una criada hacía allí.
-Yo- ¿Qué? No puede ser, no me podéis hacer esto. ¡Os odio! Nos os voy a perdonar en la vida. Sois de lo peor que hay.
-Carolina (mamá)- Hija lo hacemos por tu bien, no te pongas así.
-Yo- ¿Ahora soy tu hija? ¿Me puedes decir desde cuándo? Porque he estado 16 años sola, sin el cariño de unos padres, si ese cariño que nunca he recibido de vuestra parte. Solo de criados que tienen su propia familia. He vivido como una extraña dentro de mi propia vida. Me refugiaba de esa soledad en mis amigos, pero vosotros no me dejabais salir con ellos. Después empecé a refugiarme en la lectura, ese momento en el que leía un libro es el único momento en el que era feliz. Después, volvía a la realidad, un lugar en el que mis padres no me daban cariño y que me compensaban con objetos materiales. Lo único que os voy a decir es que vosotros para mí ya no sois mis padres, os odio. Y jamás os perdonaré. Gracias por este regalo de Navidad. – dije mientras miraba a mis padres con desprecio.
No pude contener las lágrimas, muchos sentimientos tenía en ese momento. Me sentía triste, con rabia, odio hacia mis padres, nostalgia, infelicidad, enfadada con el mundo, débil delante de estos problemas, desesperada… En ese momento solo pude hacer una cosa, correr. ¿Hacia dónde? Ni yo lo sabía. Estuve una media hora corriendo sin un lugar hacia dónde ir. Cuando paré me di cuenta de que estaba a las afueras de la ciudad, en el polígono industrial.  Nunca había estado allí, solo he pasado alguna vez en coche, así que no sabía cómo volver ni a donde ir, así que se podría decir que estoy perdida. Decidí seguir caminado por si veía a alguien que me pudiera ayudar. Y así fue, me encontré con un grupo de chicos de unos 17 años. Pero en vez de ayudarme querían atracarme, empezaron a forcejearme, les supliqué que por favor me dejaran en paz, que no tenía nada. Cuando les dije eso, dos me agarraron de los brazos, mientras otro me pegada puñetazos, y entre uno de esos puñetazos otro me pegó una puñalada en las costillas, y se fueron por donde habían venido, dejándome tendida en el suelo, desangrándome. Quería llamar a alguien para pedirle ayuda o a una ambulancia, pero al salir corriendo de casa lo deje todo allí…

                                                                  ~Continuará…~

sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo 1: ¿Qué querrán ahora?

* Tic-tac-tic-tac-tic-tac*  Ese ruido que hace el reloj, a veces tan estresante y otras tan esperado. Era una noche fría y oscura de invierno, y todos pensaréis, ¿en qué se diferencia esta noche de las demás? La verdad es que no se diferencia en mucho para los demás, pero para mí sí. Ocurrió algo que marcó mi vida para siempre. Era aproximadamente un martes 20 de diciembre, ya en vísperas de Navidad,  allá por el año 2014.
-Mayordomo- Señorita Megan, la cena ya está servida. Sus padres la esperan en el comedor y ruegan que no tarde mucho.
-Yo-Está bien. Enseguida bajo. Gracias por avisar, Freddy.
-Mayordomo- De nada. Señorita, con su permiso me retiro a seguir con mi tarea.
Terminé de hacer un trabajo de biología, esa asignatura que tanto odiaba y que nunca aprobaba, y ordené la mesa. Tarde un poco, unos diez minutos, entonces bajé al comedor.
-Daniel (papá)- A buena hora bajas, ¿no?
-Yo- Estaba terminado un trabajo de biología.
-Carolina (mamá)- Que no se vuelva a repetir, ¿me oyes?
-Yo- Lo que tu digas.
- Daniel (papá)- Megan, no le vuelvas a contestar así a tu madre.
-Yo- Buenas noches -levantándome bruscamente de la mesa- Freddy súbeme la cena a mi habitación.
-Daniel (papá)- ¿A dónde crees que vas?
-Yo- A mi habitación. Segundo piso, cuarta puerta a la izquierda, ¿o ya no sabéis donde está?
-Carolina (mamá)- Te estás ganando un buen castigo.
-Yo- Como todos los días, ¿no?-dándome la vuelta y subiendo las escaleras con tranquilidad, como si el tiempo se hubiera parado en aquel instante.
Subí a mi habitación y termine de cenar, un filete de merluza acompañado de un poco de ensalada y de postre una mousse de chocolate. Para mí no hay nada mejor que después de cenar acostarse en la cama, poner mi programa favorito de radio, que por cierto es el Euroclub en Europa FM, y conectase a internet a chatear un poco con mis amigos. Era un poco raro, no había mucha gente conectada, ¿por qué sería? Oh, es verdad, no me acordaba que hoy era la fiesta de cumpleaños de Emily, a la que mis padres no me habían dejado ir, como siempre, a pesar de mis 16 años.
-Freddy-Siento molestarla, pero sus padres requieren su presencia en la biblioteca.
-Yo- Gracias por avisar Freddy, ahora bajo- sonreí pero pensé ‘¿Que querrán ahora? Uf, no se pueden ser más pesados’.
Bajé las escaleras con todo la tranquilidad del mundo, no me importaba que mis padres se enfadaran con migo, eso  me daba igual. Llegué a la puerta de la biblioteca, estaba entornada, fui a abrirla  pero oí una conversación entre mi padre y mi madre. Me quedé apoyada en la puerta escuchando, intentando no hacer ruido para que no me descubrieran.
-Carolina (mamá)- ¿Estás seguro?
- Daniel (papá)- Sí, va a ser lo mejor para Megan.
-Yo- ¿El que va a ser lo mejor para mí? ¿Qué decís?

                                                                                      ~Continuará...~